Al continuar propagándose la pandemia, el virus SARS-CoV-2 va sufriendo mutaciones para adaptarse al medio y diseminarse. A mediados del año 2021, medios internacionales volvieron a encender las alertas sobre nuevos retos que deberá enfrentar el mundo y sus sistemas de salud.

Cuatro variantes COVID-19 están extendiéndose por el mundo con rapidez por ser más contagiosas que la cepa original. Se trata de las variantes Alfa, Beta, Gamma y Delta. Las más extendidas en México son la Gamma y Delta. En el caso de la variante Delta, sus características le permiten ser la variante más peligrosa.

Revistas científicas reportan que las personas infectadas con Delta, tienen una carga viral muy alta que puede ascender hasta mil 260 veces más que las personas que se infectan con la cepa original y en 4 días los síntomas empiezan a presentarse.

La variante Delta fue localizada por primera vez en la India y fue localizada en la Ciudad de México, representando ya el 90% de los casos, según han reportado las autoridades de salud.

Esta variante hoy se propaga ya como parte de una tercera ola de contagios por todo el país y se ha extendido por el número de casos de nuevo en Ciudades como Nuevo León, Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Colima.

Por su facilidad de transmisión, las cifras con la variante delta presentan que de cada nueve, 10 personas se contagian con la variante Delta y que la población principalmente afectada son de entre 20 y 39 años.

Aunque el perfil de hospitalizados no son graves en su mayoría y son parte de una población afectada que no está vacunada, se ha incrementado los ingresos hospitalarios, algunos con letalidad y niños contagiados e intubados.

Las personas según reportes de las autoridades de salud tardan en salir del hospital, los vacunados seis días y los no vacunados hasta 9 días.

La propagación del virus ha ido en un aumento considerable. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que la variante Delta del virus Sars-Cov-2 está presente en 67% de los casos en México y ya desplazó a las otras variantes de preocupación (Alpha, Gamma y Beta).

La vacunación y la protección con mascarilla, sigue siendo hasta ahora la mejor forma de protegerse. Los antígenos en la vacuna son la mejor forma frenar eventos letales.

Hasta ahora, la información científica considera que las vacunas que han sido autorizadas por la Organización Mundial de la Salud es que todas protegen contra las nuevas variantes, entre ellas la Delta y que disminuyen considerablemente la hospitalización y muerte.